1.Adictos al resultado
¿Por qué dependemos muchas veces tanto de un resultado? ¿Qué cosas nos produce depender de estos? ¿De dónde viene esa dependencia? Desde chicos nos enseñaron que el éxito y felicidad en la vida tenía que ver con los resultados, si nos sacábamos buena nota teníamos premio si nos sacábamos mala nota éramos castigados.
En la vida personal como los negocios hemos a prendido a prestarle atención a los resultados, nos volvimos resultadistas. Planificamos cosas pensando en resultados, medimos cosas pensando en resultados, mucho de lo que hacemos es buscando un objetivo o resultado, con el tiempo se volvió en algo adictivo y perjudicial. De hecho, en la actualidad estamos más pendientes del resultado que descuidamos la importancia de como llegar al mismo, no queremos hacer la cuenta queremos simplemente que nos dé. Incluso hay cosas que no hacemos pensando en que puede dar mal el resultado.
No queremos pasar por el esfuerzo del proceso, queremos solo el resultado, esto no es posible, por esto hay tanta ansiedad, frustración y tantos otros estados que nos invaden y claramente nunca llegamos a los resultados, dejamos de hacer cuentas directamente.
La fórmula que te traigo consta de 2 partes, si se quiere matemáticamente sería contemplar que una fórmula compleja se separa por términos y se va resolviendo cada pequeño termino y la 2da parte tiene que ver con el promedio de resultados de cada fórmula. Te lo explico más en detalle.
2. Descomponer el resultado en partes más pequeñas
Vemos las cosas como un todo, no se puede comer la pizza entera, sino por porciones. A veces nos ponemos resultados o metas tan grandes, ambiciosas y surrealistas que las convertimos en casi imposibles de concretar. Seguramente escuchaste hablar de objetivos SMART, no nos tomamos el tiempo de pensar si lo que queremos es realizable o medible. Queremos correr un maratón de 50KM sin haber intentado en la de 5km.
Esta muy subestimado el esfuerzo en estos tiempos y tenemos la fantasía de que podemos aspirar a grandes cosas sin un plan paso a paso, sin lograr las pequeñas antes.
¡Nos falta felicitarnos día a día por las metas que logramos, yo empecé anotar en una planilla todas las cosas que había hecho al fin del día y cuando la mire dije guau! Cuantos logros, por más pequeños que parezcan no subestimes lo que haces día a día, estas obsesionado/a con el premio mayor que el no felicitarte por los pequeños pasos te genera más ansiedad y frustración, pareciera que “no estás avanzando” y si no notas los pasos diarios que vas dando, seguramente terminas dejando seguramente el camino.
3. Promedio vs Etiquetar bueno/malo
Estamos acostumbrados a catalogar a las cosas, situaciones y personas como Blanco/Negro, Bueno/Malo, Éxito/Fracaso. Y esta es justamente la razón de porque no logramos las cosas que nos proponemos, la vida no es binaria, no es 0 ó 1, esta llena de colores intermedios y solo los que han entendido a que me refiero están logrando cosas.
Fuimos diseñados desde chicos para etiquetar en forma binaria, pero más allá de nuestros padres y profesores, fisiológicamente al cerebro no le gustan los grises o colores intermedios, gasta energía en pensar un abanico grande de opciones, es mucho más fácil etiquetar para el cerebro con 2 posibilidades. Pero ahí justamente radica el problema, la vida, las relaciones, los negocios son mucho más complejos y con diferentes sabores intermedios.
En la vida tomamos buenas y malas decisiones, esto no nos convierte ni en buenas/malas personas, ni fracasados/exitosos o divertido/aburrido, inteligente/tontos. Pero sí de alguna manera el promedio de todas las decisiones y acciones que tomamos nos termina encasillando en algún lugar.
En otras palabras, nuestras decisiones y acciones se suman para formar nuestra identidad y determinar nuestro éxito en la vida.
Pensa en el promedio
Me encanta decir que somos el promedio de lo que hacemos porque eso nos pone en un lugar de reflexión más a largo plazo que en la inmediatez de situaciones puntuales. Una situación puntual es que te vaya mal en un negocio, que tengas una mala experiencia con una persona, que hayas tomado una mala decisión, pero tranquilo no sos esa situación puntual sos el promedio de todas las cosas que hiciste, lo importante claro esta es que ese promedio nos de positivo.
Es decir, si entrenas a diario y un día no podes, no hay porque frustrarse o abandonar todo, tampoco va a cambiar tu físico por un día que no pudiste hacerlo, lo mismo con la alimentación, lo mismo con los negocios si tenes 10 acciones y 2 o 3 van mal tenes que quedarte con el promedio y balance de toda tu cartera.
Otra cosa que ama la mente y se profundiza cada vez más en estos tiempos es enfocarnos en lo negativo, si vas a una fiesta y todos te saludan menos una persona, te vas a quedar pensando en esa persona que no te saludo, armando una historia de los motivos por los cuales y “malgastando tu energía” en lugar de usarla para compartir con quienes si quisieron saludarte. Lo mismo con cualquier otra situación, si tu empresa vende un producto que todo el mundo ama pero algunos detractores no vas a enfocar tu energía seguramente en ellos en lugar de compartir los buenos comentarios de todo el resto.
No digo que miremos al costado y no prestemos atención a las caídas, a las cosas malas o aprendamos de esas situaciones, pero no busquemos nunca la perfección, eso puede incluso jugarnos una mala pasada y desatender todo lo bueno que venimos haciendo, busquemos siempre con mayor energía las cosas positivas, y en definitiva vuelvo al mismo punto del principio, alejemos un poco la mirada de lo negativo y busquemos entender cual es el promedio de esas cosas. En definitiva, eso es lo que importa.
Muchas personas quieren iniciar algo pero tienen miedo a tener fallas o situaciones no esperadas, eso va a pasar siempre te lo aseguro, pero el promedio de 0 es 0, y te aseguro que si haces las cosas y tomas los fallos como experiencia para mejorar siempre el resultado te va a dar positivo, comparado con el que nunca hace nada.
Además, esta idea puede ser aplicada a cualquier área de nuestra vida, ya sea en nuestras relaciones personales, en nuestras carreras, en nuestra salud física y mental, etc. Si queremos tener éxito en cualquier área, debemos tomar decisiones y acciones que estén en línea con nuestros objetivos.
En resumen, “eres el promedio de las cosas que haces y decisiones que tomas” es un recordatorio importante de que nuestras elecciones y acciones son las que determinan nuestra vida. Debemos ser conscientes de nuestras decisiones y acciones, asegurándonos de que estén alineadas con nuestros objetivos y valores, para poder alcanzar el éxito que deseamos en cualquier área de nuestra vida.