Solemos ser los mejores sabios en temas y cuestiones que le suceden a las personas a nuestro alrededor, se nos hace fácil dar consejos, soluciones o reprochar porque otra persona no respondió de manera “correcta” a una situación.
El problema se presenta cuando tenemos que analizar cuestiones que nos suceden a nosotros mismos, normalmente no somos objetivos con nuestros temas, no nos tomamos tiempo para autoanalizarnos.
En definitiva ¿quienes somos para dar consejos? ¿sabemos la realidad de otras personas? ¿y si nos enfocamos más en nosotros? ¿damos el ejemplo con nuestra vida?